lunes, 10 de febrero de 2014

Programación: 1983: El Inaem se implica. Poco, pero se implica

Treme Song by John Boutte on Grooveshark
Diseño: Pepe Saz. Impresión: Minerva
En el Ministerio de Cultura español (INAEM) es contratado como subdirector un promotor con ideas y felizmente abierto al jazz, se llama Javier Estrella. Pronto organiza el Festival de Jazz de Madrid y abre seguidamente el panorama al país con generosas contribuciones (subvenciones) a los ayuntamientos. A los albaceteños nos toca la pedrea y un residuo de aire fresco entra en el raquítico presupuesto que reserva cada año la concejalía de cultura para la organización del festival. Algo es algo. Llanos Garijo y López Ariza siguen entusiasmados con la idea de organizar un festival al año y aprovechando la apertura de fronteras en la capital del reino y otras ciudades españolas, y la estrecha colaboración de Javier Estrella, la relación de músicos, americanos, internacionales, de renombre que visita España esos días se hace francamente interesante. Para los más conocidos no nos llegan las cuentas; pero bien, nos podemos defender con otros nombres que anteriormente hubieran sido prohibitivos si los hubiéramos querido contratar directamente.

Guy Lafitte
Es el caso del saxofonista francés Guy Lafitte, cuya mayor gloria había sido entrar en el grupo del bluesman Big Bill Broonzy en una gira europea hacía muchos años y haber tocado otra temporada con un tipo de mis entretelas, el clarinetista y aventurero Mezz Mezzrow (muy recomendable en las bibliotecas su "biblia" escrita "Really the Blues", con Bernard Wolfe). Lafitte vivía en Paris y allí, en su segunda época como músico, desarrolló toda su experiencia con todos sus amigos americanos que visitaban la capital francesa. Con un estilo depurado y una sonoridad cercana a Coleman Hawkins a Albacete nos llegó con André Persiany al piano, Stephane Persiani al contrabajo, Roger Paraboschi a la batería y una vocalista exquisita como Adriane West. Be-bop y blues de muchos quilates. Guy Lafitte murió en junio de 1998.

Gene Conners
Vi Red
El segundo día, jueves 10 de noviembre, la estrella fue Gene Mighty Flea Conners, un sufrido bluesman de Alabama que había recorrido toda America en plan de hombre espectáculo, como si presentara a la fiera currupea en formato de blues. Un showman, vamos. Era trombonista y, sobretodo, vocalista. Un vozarrón. Un tipo simpático que acabó sus días en Dinamarca haciéndose el gracioso a ritmo de rythm´n´blues por toda Europa. Conners presentaba a la vocalista americana Vi Red que era precisamente la estrella de la función porque cuando más plácido la escuchabas entonando algún standard sacaba del refajo un saxo alto y te quedabas a cuadros. Muy buena. El resto de la banda fueron Edgar Wilson al paino, Burt Thompson al contrabajo y Clarence Becton a la batería. Puro Nueva Orleans, con Gene Conners haciendo de "Antoine Baptiste".

Lluis Rovira
Para el último día se repitió el esquema de Big Band. La del maestro catalán, clarinetista, Lluis Rovira. 16 componentes interpretando standars internacionales, no sólo de jazz porque allí se escuchó alguna canción de Los Beatles o de Stevie Wonder. Rovira quería con esto establecer un vínculo calculado para valorar en su justa medida el papel entonces un poco menos-preciado de la Orquesta en sí, o sea, la Orquesta con mayúsculas. No era una big band de jazz al estilo clásico, aunque divertido si fue porque el público acabó bailando en los pasillos del teatro (no sería la última vez).

Los conciertos fueron en el Cine Carlos III, que esos días 9, 10 y 11 de noviembre, no recibían ninguna revista de variedades, ni siquiera la visita del omnipresente Quique Camoiras. El aforo era mayor que el del cine Capitol y nosotros cada año que pasaba estábamos más eufóricos. Por 800 pesetas podías ver las tres sesiones de jazz. Por 300 pesetas (menos de los 3 euros actuales) cada una de ellas. Cultura para todos.
 

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